La cirugía de prótesis de rodilla, también conocida como artroplastia total de rodilla, está indicada cuando el cartílago que recubre la articulación se ha desgastado gravemente, ya sea por artrosis, artritis reumatoide o traumatismos. El procedimiento consiste en reemplazar las superficies articulares dañadas por componentes metálicos y plásticos que simulan el movimiento natural de la rodilla. Esta cirugía permite corregir deformidades, eliminar el dolor crónico y restaurar la capacidad de caminar sin limitaciones. La recuperación incluye rehabilitación física guiada y seguimiento postoperatorio para garantizar la integración adecuada de la prótesis y prevenir complicaciones como infecciones o rigidez articular. En la mayoría de los casos, los pacientes logran una movilidad funcional que mejora significativamente su calidad de vida.

La artroscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo en el que se introduce una microcámara dentro de la articulación para observar y tratar lesiones internas. Es ideal para diagnosticar y reparar desgarros de menisco, condromalacia, cuerpos libres intraarticulares, lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) y sinovitis crónica. Al realizarse mediante pequeñas incisiones, el trauma tisular es menor, lo que se traduce en menor dolor postoperatorio, menor riesgo de infección y una recuperación más rápida. Es una técnica especialmente útil en deportistas o personas activas, ya que permite reincorporarse antes a sus rutinas. Tras la artroscopia, se recomienda iniciar fisioterapia a los pocos días para recuperar fuerza, estabilidad y rango de movimiento.

La prótesis total de cadera es una solución eficaz en pacientes con dolor intenso, pérdida de movilidad o deformidad articular por desgaste severo, fracturas o enfermedades degenerativas. Durante la cirugía, se sustituyen tanto la cabeza femoral como el acetábulo por componentes artificiales que permiten restaurar el movimiento natural de la articulación. Las prótesis modernas ofrecen una excelente durabilidad, y con un adecuado seguimiento y terapia física, los pacientes pueden volver a caminar sin dolor, subir escaleras, manejar y hasta realizar ejercicios de bajo impacto. Esta cirugía es altamente efectiva en mejorar la calidad de vida, reduciendo el uso de analgésicos y ayudando a recuperar la independencia del paciente.

El manguito rotador es un grupo de músculos y tendones que estabilizan y permiten el movimiento del hombro. Las lesiones pueden deberse al desgaste progresivo, movimientos repetitivos o traumatismos, y causan dolor al levantar el brazo, debilidad y limitación funcional. La cirugía puede realizarse mediante técnica artroscópica o abierta, y su objetivo es reparar los tendones desgarrados, descomprimir el espacio subacromial y recuperar el equilibrio biomecánico del hombro. Es fundamental una correcta rehabilitación postoperatoria que incluya inmovilización inicial, ejercicios pasivos, fortalecimiento progresivo y reeducación del movimiento. Cuando se realiza oportunamente, esta intervención permite recuperar fuerza, evitar la atrofia muscular y volver a realizar actividades diarias o deportivas sin dolor.